lunes, 26 de mayo de 2008

¡Hola! ¿como está? … y ¿usted que cuenta?


Cuauhtémoc Morales Sánchez

Uno de los elementos detonadores para realizar una investigación- cuando ésta es de tipo cuantitativo- es determinar que elementos pueden contarse y determinar cuántos son.
Pero para que esto ocurra, uno tiene que ser consciente de lo que es contable, y si esto que es contable corresponde como elemento de interés a lo que deseo conocer.
Por ejemplo si deseo conocer ¿cuántos alumnos están matriculados en una escuela?, pues entonces realizo un conteo de elemento por elemento, desde el primero hasta llegar al último y así determino cuantos elementos hay.
Si deseo conocer cuantos alumnos tienen problemas de desnutrición en una escuela primaria, no puedo hacerlo de forma directa, entonces trato de determinarlo de otra forma, puedo por ejemplo comparar su talla y peso con alguna tabla de parámetros normales.
¡Alto!… ¡alto! ¡esto es trampa¡- me acaba de decir mi subconsciente-, le estas diciendo al lector cosas que no has definido.
Y esto es cierto, he usado palabras como peso y talla que no he definido antes, pero de esto se trata este texto, cuando uno empieza a realizar una indagación es preciso allegarse de una serie de palabras que nos ayuden a explicar los resultados de lo que deseamos obtener, si no se va construyendo el campo semántico del concepto, entonces el conocimiento será un tanto superficial y poco preciso.
De esta forma necesitamos, para realizar un conteo: 1) precisar qué elementos vamos a contar y 2) si esta determinación de cantidades puede hacerse de forma directa o no.
Cuando no se puede hacer de forma directa se acude a indicadores, que son varias cantidades que dicen de forma indirecta lo que deseamos saber.
Así la comparación de la talla y el peso de un sujeto pueden ser indicadores de su estado de desnutrición.
En diversos estudios que han tratado de realizar mis estudiantes de licenciatura con el fin de realizar investigación, con frecuencia me he encontrado que cuando se trata de “contar” elementos para conocer “cuantos” de ellos están involucrados en su problema objeto de estudio, en realidad se extravían y realizan conteos de campos semánticos diferentes y pretenden al final atribuir causas a efectos ajenos.
Como ejercicio en mis clases de estadística comienzo a sensibilizar al alumno de todas las posibles “cosas” que se encuentran a su derredor y que forman parte de su vida, y así empieza la aventura del contar elementos.
Contamos, autos, ventanas, tornillos, bancas, sillas, alumnos, escaleras, extintores, espejos, inodoros, lavabos, pizarrones, cubículos, profesores, personal de apoyo.
Si usted cree que esto es superfluo, debo comentarle que el conteo es el primer paso de un proceso de reflexión que le lleve a cuestionarse si esa cantidad registrada como producto de un conteo significa algo en su entorno, de tal forma que por ejemplo algún alumno dentro de estos ejercicios comentó “que nunca se había percatado de la utilidad de las cantidades que le rodean”.
Así estimado lector le recomiendo haga un alto en el camino de su vida y por curiosidad cuente, cuente y cuente todo lo que se le presente y una vez que no le alcancen los medios naturales a su disposición para retener la información de “cuanto hay de eso”, entonces estamos en el principio del proceso estadístico que llevará al registro de datos de forma sistemática.
Una vez que hemos dominado esta etapa sin mas herramienta que nuestros medios naturales, entonces podemos pasar a la siguiente etapa que es la de medir.
Medir es comparar una cantidad contra otra reconocida de antemano como estándar.
Con esto podemos conocer cuantas veces “cabe” una dentro de otra, este proceso es mas elaborado, pues los instrumentos conocidos para medir frecuentemente provienen de las ciencias exactas por ejemplo dentro de las cantidades físicas, se encuentra la longitud, el peso y el tiempo, no cuestionamos su uso, puesto que ha sido aceptado por todos, así por ejemplo en el sistema internacional de medida SI, la longitud se mide en metros (m), el peso en kilogramos (Kg) y el tiempo en segundos (s).
En ciencias sociales no es tan directa la forma de medir, puesto que la mayoría de lo que se desea conocer tiene que inferirse de otras cantidades, que si se puedan medir.
Los instrumentos de medición no son físicos en la mayoría de las ocasiones, sino que son solo indicadores.
Dentro de estos instrumentos se encuentran por ejemplo, los cuestionarios, las encuestas, los registros de observación, entre otros.
La importancia del proceso de conteo radica quizá en que se constituye en una evidencia de la primera habilidad para adquirir conocimiento: la observación.
Es a mi parecer el primer ejercicio que debe proporcionarse a sujetos en formación para hacer significativa la información.
Mi estimado lector y ¿usted que cuenta?.